Los muiscas habitaban los valles de Tenza y Ubaque y el Altiplano Cundiboyacense, el altiplano de la cordillera de los Andes en la época anterior a la conquista española. Su sociedad era principalmente igualitaria con poca diferencia entre la élite (caciques) y el pueblo en general. La economía muisca se basaba en la agricultura y el comercio de materias primas como el algodón, la coca, las plumas, los caracoles de mar y el oro con sus vecinos. Llamados "Gente de sal", extrajeron sal de salmueras en Zipaquirá, Nemocón y Tausa para usarla en su cocina y como material comercial.
Siendo en su mayoría comerciantes y granjeros, los muiscas también tenían una estructura de combatientes, llamados guerreros guecha. Entre las partes norte y sur de la Confederación Muisca, se libraron batallas donde el zipa, que gobernaba la sabana de Bogotá en el sur y el zaque de Hunza en el norte disputaba por el control de los terrenos. Los líderes de las comunidades peleaban con sus guerreros. El principal enemigo de los muiscas fueron los panche que habitaban la zona al oeste del Altiplano en las colinas que conducen al río Magdalena. Las fortificaciones de los guerreros guecha, una clase privilegiada en su sociedad, se construyeron en la región fronteriza con el Panche. Los guerreros guecha estaban armados con cerbatanas, lanzas, palos y hondas y se defendieron con escudos largos y gruesos mantos de algodón de varias capas. Las batallas en la historia de los muiscas se describen alrededor de Chocontá (~ 1490) y Pasca alrededor de 1470. Cuando los conquistadores españoles ingresaron a la Confederación Muisca en marzo de 1537 después de una larga, letal y mortífera expedición desde Santa Marta en la costa caribeña, encontraron poco resistencia de los Muisca, excepto en las batallas posteriores contra el Tundama que gobierna el área más al norte alrededor de Duitama. Los españoles que ya habían conquistado a los muiscas y fundado Bogotá, utilizaron a los guerreros guecha para enviar el Panche en la batalla de Tocarema el 20 de agosto de 1538.
El conocimiento sobre la guerra Muisca ha sido proporcionado por los conquistadores que hicieron primer contacto con los Muisca; Gonzalo Jiménez de Quesada, su hermano Hernán, Juan de San Martín y Antonio de Lebrija. Los eruditos posteriores fueron Juan de Castellanos, Pedro Simón y Lucas Fernández de Piedrahíta.
La investigación antropológica moderna ha revisado algunos de los relatos de los primeros cronistas sobre el estado bélico de los muiscas, que incluso fueron considerados por los conquistadores como más traficantes y negociadores que combatientes.